Marianne Van Ooij, una holandesa instalada en Brooklyn, a quien se lo ocurrió vestir a los platos del mismo modo que las personas nos arreglamos cuando se trata de una cena importante. Así pues, entre la colección, podemos encontrar un plato con una puño o un cuello de una camisa o un bol con cremallera, todos ellos con un excelente diseño minimalista y cuidando hasta el último detalle.