Adidas, Olympikus, Nike y Diadora son algunas de las grandes marcas deportivas que comienzan a sustituir importaciones.
Fuente: clarin
Debido al mayor consumo y a las restricciones a las importaciones, Adidas, Nike, Reebok, la italiana Diadora y la brasileña Olympikus son algunas de las grandes marcas internacionales que acaban de sumarse a la estrategia de sustituir importaciones, lo que apuntala el boom del calzado, una industria que se prepara para batir otro récord de producción. “Las grandes inversiones de este año están focalizadas en el rubro deportivo”, resume Alberto Sellaro, titular de la CIC (Cámara de la Industria del Calzado).
Los empresarios del sector calculan que cerrarán el año con una producción cercana a los 115 millones de pares, un récord. “De ese total, unos 20 millones serán calzados deportivos de primeras marcas”, dijo a iEco Sellaro. Sin embargo, los analistas advierten que sólo el 1,6% del total se exporta, es decir, que casi todo lo producido se vuelca al mercado interno (ver página 11).
En este contexto particular, la marca italiana Diadora (hasta hace 6 meses en manos de la brasileña Paquetá) pasó al grupo rosarino Blanco, controlante de las licencias Athix (que provee indumentaria a los árbitros de fútbol) y Mormaii, enfocada en surf. Matías Blanco, su director, señala que, con la incorporación de Diadora al catálogo, decidieron ampliar su fábrica para producir 250.000 pares más. “Con esto, alcanzaremos los 2 millones anuales”, dice el empresario.
Blanco cree que las razones del boom del calzado deportivo tienen que ver con que ese segmento estaba subexplotado en la Argentina. Y acerca de la escasez de exportaciones, justifica: “No se puede, porque todo lo que se produce no alcanza para cubrir las necesidades del mercado interno. Todo lo que hacemos lo colocamos en el país”, concluye.
Un estudio de la consultora IES señala que en los primeros cuatro meses del año, las ventas de calzado aumentaron un 7,7% con respecto al mismo período de 2010. En números: son 43 millones de pares, lo que representa un consumo promedio de 3,34 pares por habitante. Como contrapartida, en este primer cuatrimestre de 2011 apenas se exportaron 489.000 pares, recalca la consultora.
El dato no parece afectar los ánimos de los empresarios del sector: para ellos es mucho más significativo que las grandes marcas deportivas comiencen a sustituir gran parte de sus importaciones, tal como anunciaron Adidas y Nike la semana pasada. La marca de las tres tiras profundizó su alianza con la brasileña Paquetá, con el fin de aprovechar la planta que instalaron en conjunto en Chivilcoy.
“En el caso concreto de las fábricas de calzado, estamos aumentando la capacidad de producción en un 25 % para 2012”, indicó un vocero de Adidas. Esto representará la fabricación de 10.000 pares de zapatillas por día. Adidas hoy produce localmente más del 50% del total de sus ventas de calzado. “Y vemos que este porcentaje seguirá creciendo en el futuro”, aseguran.
Su rival directo, Nike, no se queda atrás: tres días después del anuncio de Adidas, la marca de la “pipa” comunicó su intención de ampliar sus líneas de producción en sociedad con el grupo brasileño Dass, que posee una planta en la localidad misionera de El Dorado. El objetivo, según informó la compañía, es ampliar la capacidad de la planta en un 62%, con lo que esperan fabricar 1,5 millones de pares de calzado deportivo al año. Nike además es propietaria de otras marcas vinculadas al deporte, entre ellas Converse y Umbro.
¿Por qué despega el calzado deportivo? Guillermo Gotelli, presidente y CEO de CGM, creadora de la marca Signia y dueña de la licencia de la norteamericana Pony, sostiene que existen dos factores fundamentales: “Por un lado, las grandes marcas aumentaron su participación en un mercado que ya venía creciendo. Y esto se genera en medio de un proceso de sustitución de importaciones”, dijo.
Sobre las pocas ventas al exterior, Gotelli dice que esto puede revertirse con el tiempo. “Estoy convencido de que la Argentina puede llegar a exportar 60 millones de pares, de acá a 2020, tal como lo hizo Brasil”. De todos modos, reconoce, el déficit comercial previsto para este año ronda los US$35 millones. CGM centraliza toda la producción (5.500 pares diarios) en su planta de Las Flores, en la provincia de Buenos Aires, en la que trabajan 650 personas.
Con ritmo de samba También la brasileña Vulcabrás se subió al tren: con una inversión de US$60 millones para la compra y actualización tecnológica, la firma busca aumentar su capacidad de producción de su planta de Coronel Suárez, donde actualmente elabora calzados bajo las marcas Reebok (inglesa) y Olympikus (brasileña). Desde 2007 a la fecha, Vulcabrás paso de tener 450 a más de 4.000 empleados.
La gran dificultad para el sector, en los últimos años, se concentraba en la falta de materia prima (cuero sobre todo). Hoy, con los mercados del exterior en la mira, también escasea la mano de obra calificada para la elaboración de calzado de diseño y de alta gama.
Así lo afirma Julián Cantero, director del fabricante Pepe Cantero, que vuelca casi todo lo que produce en el mercado local. “Estamos exportando apenas 4.000 pares a Chile pero estamos negociando con grandes cadenas para aumentar las ventas”, dijo Cantero.
“Con la materia prima, como las plantillas, hebillas y el cuero, los proveedores se están poniendo a tiro con la demanda. Pero en el segmento exclusivo y artesanal nos falta mano de obra. Esto, junto al retraso cambiario, son las únicas luces amarillas. Así y todo, las proyecciones del mercado y las expectativas son buenísimas”, sintetizó