de Marc Jacobs y a Prada, fue mucho más llamativa
la conciencia que hubo en la elección de los
colores y la estética sesentas que propusieron por
medio de las siluetas.
El color naranja rabioso fue uno de los que más
me gustó de la semana entera. Y combinado con
crema y dorado más todavía.
La cereza de la torta fueron las prendas de
plástico transparentes, que paseaban con otras
doradas por abajo creando un efecto visual muy
interesante.
Aplausos para los vestidos hechos con tan mínimo
de costura y tan buen volumen.