Están en fábricas chinas y en el corazón de la vieja Europa y trabajan para la industria que confecciona lujosas prendas.
Fuente: il giardino dei libri
La esclavitud aún existe, aunque no se trate ya de siervos de la gleba o prisioneros de gulag stalinianos: está representada por trabajadores de la moda de naciones todavía lejos de poder definirse democráticas, que en muchos casos realizan y representan el "Made in Italy" en el exterior.
Están en las fábricas chinas y también en el corazón de la vieja Europa, y se dedican a trabajar para la industria que confecciona lujosas prendas para las vidrieras de elegantes boutiques.
Y lo hacen sin derechos y tutela alguna, sin las mínimas libertades. Porque su fuerza laboral cuesta menos que la italiana y permite que otro pueda enriquecerse velozmente.
Según un reportaje del sitio web de Ansa Latina, esta es la acusación de "Gió Rosi", pseudónimo de un italiano que vivió, trabajó y colaboró en la industria de la moda italiana.
Bajo ese "alias" firmó un libro de investigación sobre el la industria de la indumentaria, a partir de los testimonios de personas que trabajan en ese corazón del "Made in Italy" que él describe como "esclavo".
"Son seres humanos inmolados sobre el altar del capitalismo globalizado", dice el autor en "Made in Italy. El lado oscuro de la moda" (Lindau Editore, 119 páginas).
El libro narra un mundo de miserias y maltratos, con absoluto conocimiento de causa, pues "Gió Rosi" explica que trabajó durante años en el sector. En particular, porque viajó mucho bajo cargo de grandes nombres de la moda para encontrar "empresas" en países del Europa del Este para la producción de indumentaria a bajo costo de mano de obra.
Y ahí es cuando afirma: "La responsabilidad no es de los compatriotas (de los trabajadores) solamente, sino de muchos diseñadores y managers de la moda italiana".
Así el autor lleva al lector al interior de las fábricas del estado fantasma de Transnistria, territorio separatista en la frontera oriental de la República de Moldavia y a unos 400 kilómetros de Ucrania.