Este reloj ha sido creado y desarrollado íntegramente en la fábrica que tiene Louis Vuitton en Suiza.
Fuente: muy relojes
Perpetuando su fama de artesanos, el calibre LV115 del Louis Vuitton Tambour Mysterieuse también ha sido rigurosamente ensamblado a mano, y eso que cuenta con 115 componentes.
Su increíble reserva de marcha (con indicador a las 12 en punto) de 8 días y 8 horas es una característica diferenciadora de un reloj que destaca por su minimalismo en su esfera y porque puede personalizarse hasta el más mínimo detalle, lo que lo convierte, dependiendo de los elementos elegidos, en un reloj de hombre o en uno de mujer, ambos con la misma base (el calibre LV115) pero aspecto diferente, ya que no será lo mismo el modelo más sobrio de platino y correa negra que otro decorado con diamentas, zafiros o rubíes, ya sea en talla baguette o brillante.
Pero lo que más llama la atención de este Louis Vuitton Tambour Mysterieuse no son sus grandes posibilidades de personalización, lo más increíble es que su mecanismo parece suspendido en el aire y las agujas de las horas y minutos (dispone también de un pequeño segundero a las 9 en punto) se mueven como flotando.