Varios tonos de la pintura acrílica se colocan en una barra metálica, que está conectada a un taladro. Cuando se enciende, la pintura comienza a alejarse de la barra, generando estas estructuras sorprendentes.

El movimiento de la pintura pasa tan rapido que los ojos no lo pueden captar . Para capturar el momento, en donde la pintura se desprende, se conecta un sensor en el taladro, que envía un impulso a la camara. Estas unidades especializadas son capaces de crear destellos tan cortos como un 1/40000 de un segundo,  casi podemos hablar de la congelación del movimiento de la pintura.

Fabian Oefner - Black Hole from Fabian Oefner on Vimeo.