El secreto es que los colores oscuros absorben la luz, en lugar de reflejarla como lo hacen los tonos más claros o brillantes. La densidad de los colores oscuros también absorbe y hace que pasen desapercibidos detalles como las costuras o las hombreras, que en otras condiciones distraerían la mirada llamando la atención. Entonces, cuanto más oscuro el color, más invisible se hace la manera en que está confeccionada la prenda. Del mismo modo se disimulan también imperfecciones y desniveles del cuerpo y la piel.

Buenos ejemplos son el negro, el azul marino, los marrones oscuros, borgoña, verde bosque, grises oscuros…

EL "REY DE LOS COLORES OSCUROS"

 

El negro es el que más estilizados nos hace ver, queda muy bien solo y combina con casi cualquier color imaginable. Es elegante para usarlo durante el día o la noche, sirve para casi cualquier ocasión, se usa en cualquier estación, no pasa de moda, esconde las manchas y roces, necesita menos “mantenimiento”, y pasa lo bastante desapercibido como para usarlo con frecuencia sin correr el riesgo del “¿viste que otra vez se puso lo mismo?”. Y como si todo esto fuera poco, hace lucir cualquier joya, accesorio o adorno como ninguno.