Ignifugado Casero
Fuente: El libro peligroso para los chicos
Quizás el uso más impresionante al que se destina el alumbre (sulfato de aluminio y potasio) sea la fabricación de tejido ignifugo. Podría resultar muy útil en los manteles, donde existe el riesgo de incendios, como en un laboratorio o en un escenario. Da buenos resultados con cualquier tejido poroso, aunque eso no quiera decir que sea inflamable. Para probarlo, nosotros utilizamos unos trapos caseros para quitar el polvo.
Primero se prepara una solución de alumbre y agua. A la hora de disolver el polvo, el agua caliente da mejores resultados. 500 gramos de alumbre se disuelven fácilmente en medio litro de agua. Moja el tejido que quieres hacer ignifugo en la solución y asegúrate de que quede totalmente impregnado. Sácalo inmediatamente y ponlo a secar. Ten cuidado de no andar goteando sobre alfombras caras. Si lo dejas a la intemperie y por casualidad lloviera, es bastante probable que no por ello deje de funcionar.
Una vez seco, el tejido estará un poco más rígido de lo habitual, pero por lo demás seguirá igual. Un trapo para el polvo sin tratar se consumió casi entero en una veintena de segundos. El trapo tratado no pudo ser encendido, aunque al cabo de 30 segundos de estar en contacto con una llama empezó a chamuscarse un poco.