El enigma de la belleza recortado de la fuerza expresiva de un gesto en la inmovilidad de un cuadro.
Fuente: Rino Stefano Tagliafierro
Manifiesto
El enigma de la belleza
Sobre la belleza siempre flotando por las nubes del destino y a la hora del beber. La belleza es cantada, representada y descrita desde la antigüedad como el momento fugaz de la felicidad y la plenitud de la vida inagotable, desde el principio destinado a un trágico desenlace y la salvación.
En esta interpretación de Rino Stefano Tagliafierro la belleza muestra el poder expresivo de un gesto que viene de la inmovilidad de la pintura, la animación de un sentimiento restando a la quietud del museo. Como si esas imágenes que la historia del arte nos han dado un movimiento que se congeló y hoy puede revitalizar gracias a la mirada digital creativa.
Una serie de imágenes bien elaboradas de la tradición pictórica más hermosa (desde el Renacimiento hasta el simbolismo de finales del siglo XIX, a través de los gestos, el paisaje, el romanticismo y el neoclasicismo) se yuxtaponen de acuerdo con una intención que sigue el sentimiento detrás del velo de las apariencias. Una inspiración que nos da un sentido de la fugacidad y la brevedad de la existencia que el autor interpreta, la trágica dignidad de un final, capaz de captar el sentido profundo de una imagen.
La belleza de esta interpretación es el compañero silencioso de vida que inevitablemente sale de la sonrisa de un niño, a través del éxtasis erótico, hacia la mueca de dolor que cierra un ciclo que se repite ad infinitum.
Significativo desde este punto de vista, son las palabras iniciales de un amanecer romántico cuando grandes pájaros negros vuelan por el cielo y el final la romántica puesta de sol con ruinas góticas que hace el trabajo de tiempo fugaz.
Giuliano Corti