Necrópolis de Wari Kayán
Proceso de apertura de un fardo funerario, retratado en 1941 por el pintor peruano Pedro Rojas Ponce. El fardo contenía numerosos textiles, dos de los cuales se encuentran en la exhibición Mantos Funerarios Paracas: ofrendas para la vida, que el Museo Chileno de Arte Precolombino presenta desde diciembre de 2015 a junio de 2016.
Un fardo funerario es un gran bulto formado por múltiples piezas textiles que envuelven un cadáver. Primero, el muerto era puesto dentro de un cesto y ambos envueltos en dos o tres telas de algodón grueso, de más de 20 metros de longitud y hasta cuatro metros de ancho. Luego, sobre estas telas se disponían varias capas de tejidos llanos, alternadas con capas de textiles bordados y pequeñas prendas de vestir. Todo el fardo era confeccionado de modo que adoptase la forma de un cono, donde el tope representaba la cabeza del difunto o “falsa cabeza”, a veces coronada con complejos tocados.
En la inmensa belleza de la muerte de los paracas, parece que los difuntos eran concebidos como semillas, los fardos como plantas y los cementerios como huertos. Pareciera que el mensaje era que la vida seguía más allá de esta vida para dar origen a una nueva existencia.