Para producir esta tela dorada única, 70 personas durante cuatro años estuvieron recogiendo arañas de seda dorada o arañas del orbe de los postes de teléfono en Madagascar, mientras que otra decena de trabajadores cuidadosamente extraía alrededor de 80 pies de filamentos de seda de cada uno de los arácnidos.

El resultado es un telar de 11 pies por 4 pies y es la única gran pieza de tela hecha de seda natural de arañas existentes en el mundo.

La seda de la araña es muy elástica y tiene una resistencia a la tracción que es increíblemente fuerte en comparación con el acero», dijo el experto en telas Simon Peers, quien co-dirigió el proyecto.

La idea de hacer seda con estas arañas surgió después de conocer la historia del misionero francés Paul Jacob Camboué, quien trabajó con arañas en Madagascar durante los años 1880 y 1890. Camboué construyó una pequeña máquina, impulsada a mano para extraer la seda de hasta 24 arañas a la vez, sin dañarlas.

Los socios los señores Pares Simon y el estadounidense Nicholas Godley