En cualquier intento de expresión podemos distinguir tres niveles: el nivel de la comunicación, el del significado, que permanece siempre en un plano simbólico, en el plano de los signos, y el nivel que R.Barthes llama de la significancia.
Pero en el sentido simbólico, el que permanece a nivel de signos, se pueden distinguir dos facetas en cierto modo contradictorias: la primera es intencional, como extraída de un léxico general de los símbolos: es un sentido claro y patente que no necesita exégesis de ningún género, es lo que esta ante los ojos, el sentido obvio. Pero hay otro sentido, el sobreañadido, el que viene a ser como una espacie de suplemento que el intelecto no llega a asimilar, testarudo, huidizo, pertinaz, resbaladizo. Barthes propone llamarlo el sentido obtuso.